Nearshoring: Aprovechando la ventaja de los Ecosistemas de Competitividad

Acercar las operaciones de una empresa a su casa matriz, a sus mercados principales, o a ambos, es una tendencia que ha ido tomando fuerza por las disrupciones de impacto mundial de los años recientes. Esta idea se ve fortalecida si los destinos de inversión cuentan con condiciones que permitan y fomenten la adaptabilidad, el rápido desarrollo y desde luego, la rentabilidad.

Recordemos que las cadenas de valor no son solamente el flujo de bienes y servicios, también están compuestas por la información que fluye en ambos sentidos de la cadena. Esta información es cada vez más valiosa para poder tomar decisiones oportunas, que permitan, en el mejor de los casos, anticipar cualquier contratiempo que pueda impactar la continuidad de la operación de las empresas.

Para que la información sea útil, debe ser no solo valiosa en su contenido, sino también oportuna, y el concepto clave para que esto ocurra es la colaboración. Compartir información entre empresas, proveedores e inclusive clientes, siempre se mira con recelo, por la exposición que pueda tener la empresa o la sensibilidad de los datos. Sin embargo, existe una gran cantidad de información importante, que no es sensible para las empresas, y que se puede intercambiar de manera segura, por ejemplo: volúmenes, tiempos y estados de los componentes, de las materias primas y/o de los productos terminados. Todo con el fin de evitar disrupciones: No hay otra forma que no sea informar o avisar a tiempo.

Toma fuerza entonces el concepto de Ecosistemas de Competitividad que recientemente introdujo la Asociación de Zonas Francas de las Américas (AZFA) para denominar a las Zonas Francas en nuestra región. Esta definición resume de forma integral la función que cumplen las zonas francas o las zonas económicas especiales, como focos de desarrollo que reúnen las mejores condiciones de infraestructura, servicios, proveedores y talento humano en nuestra región.

De esta forma se convierten las zonas francas en espacios de colaboración, o bien, ecosistemas de colaboración, que permiten optimizar los recursos por la sinergia que se fomenta entre suplidores y productores. Todos trabajando por objetivos comunes. En dichos ecosistemas, se puede y se debe promover el flujo de información en la cadena de suministro, de forma tal que el resultado sea la continuidad del negocio.

En la actualidad se cuenta con herramientas tecnológicas poderosas para promover el intercambio de gran cantidad de información de manera segura. Por ejemplo, las soluciones de blockchain, mejoradas por la IA y el IoT, prometen impulsar la interoperabilidad y el flujo de datos, elevando el rendimiento de la cadena de suministro. La adopción de la tecnología como motor de competitividad debe ser una prioridad en nuestros planes de desarrollo.

Esto va a convertir a nuestros Ecosistemas de Competitividad en centros de desarrollo de tecnología enfocados en la operatividad, y nos brinda ventajas competitivas necesarias para posicionar a Iberoamérica como el destino ideal para invertir, desarrollando más y mejores oportunidades para todos.